las historias particulares que he venido contándome por años no interesan ya. se acaban. parecen ruidos de fondo. ruidos que no logras escuchar ni distinguir. los corazones amargos que retumban en mi cabeza suenan a sueños antiguos vividos por años, como si cargara algo que ya nadie me obliga a llevar. no puedo discutir ya de cuánta profundidad existe en un juego de espejos, de si he sembrado o no esas flores que veo en el campo, no cuenta si yo no las he cuidado. ya no sueño con que "tal vez algún día" y no tan extrañamente todo se ha vuelto realidad. luego de veinteseis años puedo decir demasiado orgullosa que soy mis dos piernas, mis dos brazos, este tronco y mis cinco sentidos. nada más me ata. he podido recordar mis primeros impulsos y mi memoria está fresca. esa necesidad de recordar algo ya no está, más bien... ya cambió. ya no fotografío porque quiero inmortalizar, porque quiero recordar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario