carta

luego de mil milenios a tu lado
habiendo cruzado espadas e invocado conjuros
habiendo navegado por aguas más que profundas
podrías recostarte en mis piernas y podríamos imaginar siempre nuevos mundos juntos
con nuevos colores nuevas sensaciones y nuevas vibraciones
nuevos olores que invadan nuestros sentidos
que nos emborrachen de amor y de penas

hace poco decidí curar aquellas heridas por las que habías quedado débil
es difícil
y en este punto nos quedamos callados mirando al vacío
derramando lágrimas a mares
pensando en aquellos 30 matices de gris que nunca logré crear

tal vez existan aquellos que no nos hagan sentir que es difícil amarnos
que entiendan por qué sufrimos por qué lloramos y por qué reímos
que con calma y paciencia alimenten el fuego
que hagan de la cama del hogar un lecho cálido
que se emocionen por semanas meses y años a nuestro lado
que valoren todo

y que no nos digan nunca que no merecemos caminar por ningún paraíso ni por ningún infierno