Síndrome de Estocolmo (2020)

Aún no puedo entender qué me conecta con todo tu caos. He soñado que escribo estas palabras antes ya. Esta es una carta de dolor. El rojo bermellón cubre mis manos, cubre mis dedos, cubre mi espalda. Ni si quiera puedo escribir "prosa bella" que me conecte con este sentimiento. Me parece asqueroso. Me doy asco y me siento perdida. Tan perdida que ansío encontrarme con él una vez más. Pero no puedo, no me puedo conectar. Será acaso el escitalopram?? Aún recuerdo cuando me jalaste de los pelos. Por supuesto que me siento avergonzada por si quiera pensar en amarte. 

Le besaba todos los días en su espalda (2019)

Golpié paredes
tatué mi alma
lloré a mares
te encontré en su falda
Lo escuché lo toqué
y bailé con él
Lo besé todos los días en su espalda
y nos hicimos uno en mi alma
y una vez exprimida como estropajo
El demonio preguntó
¿hasta dónde más puedes llegar?
Más abajo, más adentro, más profundo
Por supuesto
Pero no sería el ángel más inteligente
si solo me conformaba con 
"The limit doesnt exist"

Destrocé mis límites
para volver a encontrarlos
y sí, el demonio tenía razón:
siempre tendré tuve el poder

Gracias y Adiós. 

Encuentro (2019)

Me encontré con el demonio.
Subió al cielo y me tocó la puerta,
me miró con sus tiernos ojos vacíos
y absorbió todo mi cerebro.
Luego
me esperó afuera y me invitó a un paseo
"nunca conocí el mal" le dije
(hace años estoy encerrada y nunca nadie me ha podido sacar)
y él me contestó -acariciándome el rostro-
"tú siempre tendrás el poder"

Bajé con él piso por piso
atravesando todo cuerpo físico
acurrucados en las noches frías
enredados como serpientes
cada noche y cada día

        Ahora duermo con los pies en la cabecera de la cama para no recordarle por las mañanas